Es un crecimiento anormal de la conjuntiva sobre la córnea. Puede ser pequeño o llegar a cubrir la pupila, cuando esto sucede, afecta la visión.
Los síntomas dependen generalmente de su tamaño, los más grandes pueden provocar mayores molestias en la superficie del ojo.
¿Qué los causa?
La exposición prolongada al sol o la inflamación o irritación recurrente en la superficie de los ojos por resequedad ocular, ambientes contaminados, con mucho polvo o por exposición a productos químicos.
Algunos síntomas pueden ser:
Visión borrosa
Irritación
Hinchazón
Comezón
Ojo rojo
Sensación de cuerpo extraño
Resequedad o picazón
¿Cuál es el tratamiento?
Para los pterigiones pequeños se pueden utilizar colirios que lubriquen los ojos para reducir la sensación de molestia.
Para aquellos con un tamaño mayor, que amenazan la visión o que tienen muchos síntomas, es necesario realizar una cirugía para retirar el tejido conjuntival afectado y sustituirlo con tejido sano (un injerto) de la misma conjuntiva del paciente.
¿Se puede prevenir?
La mejor forma de prevenirlos es protegiendo nuestros ojos de los rayos UV y visitando al oftalmólogo en caso de tener algún síntoma para determinar si es necesario algún tratamiento para que tu visión no se vea afectada.
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